LOS POETAS SOMOS VIENTO DEL PUEBLO

"Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplados a través de los poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas..."

Miguel Hernández


"Invitame a internarme contigo en los bosques
a navegar por los ríos caudalosos
muéstrame esas llanuras interminables
sentémonos en esa hierba verde de tu poesía..."

Walt Whitman

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
besos que suben de los ojos de los mares con lentitud, la circulación de las savias inauditas,
y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores¡

El Barco Ebrio, Arthur Rimbaud

miércoles, 11 de agosto de 2010

VIENTO SOLO 2

NOCHE SUBTERRANEA


Noche subterránea
triste búsqueda del perdido sueño,
que desentierras entre
piedras silenciosas
los albores de la muerte.


Rostro macabro,
hombres colgados de las vigas
del silencio.


Cruces nacidas
cortando lejanos recuerdos.


Noche doliente con mil
párpados dormidos.


Noche subterránea:
! Escucha mi llanto eterno!
la angustia deprimente
de vagar en un bosque
de cenizas,
rodeado de sombras grises
como fantasmas quietos.


Es mi grito de dolor
que llega hasta el mar
y allí se pierde,
hundiéndose
con mis lágrimas desiertas.


Canto triste de mi infierno amargo,
humo gris de mi voz callada,
retorno inerte de la soledad del alma.


Es el paso silencioso
que entre espinas ausentes
da mi vida solitaria
buscando sombra entre
las sombras
y luz en el silencio.


DESPEDIDA.


Caía implacablemente
la tarde turbia y espantosa,
las nubes descargadas de un cielo ardiente
como lenguas de fuego
que lentamente se alejaban
hacia el abismo producido.


Era el crepúsculo de raso
ennegrecido de las calles sudorosas y hediondas
a estiércol de todo tipo.


Era la vida bullente
de aquellas micros grotescamente repletas
como una gran caldera pronta a estallar
y a saltar sus partículas
lanzadas por miles a lo lejos,
en aquel espacio
infinitamente asqueroso.


Caminamos rodando baldosas manchadas,
entre la multitud que corría
y chocaba contra si misma.


Esa mujer sentada
sobre su maleta
esperando la partida.
Ese niño que llora colgando
de los brazos de su madre
mirando pasar ese bosque enervado.


Caminamos tú y yo bajo ese cielo
de espantoso grito, sus cumbres de acero
nos acechan a cada paso,
aquel humo color de infierno
que nos ahoga
en medio de gritos
y miradas ausentes.


Aquellos rostros feroces
de los hombres con ojos de vidrio que leen
silenciosamente en las paredes
tras las ventanillas herméticas de aquel vagón,
leyendas inmorales
sobre la justicia paradisíaca.


Escóndete amigo en ese pasillo moribundo y triste
lleno de rostros inconocibles,
muéstrame las huellas de tus manos
a través del cristal dormido
de ese vagón inerte.


Siento desde fuera
la sombra y el hedor terrible
de las rocas desconectadas,
de los macabros rieles,
de aquellas luces amarillas
que alumbran el convoy crujiente.
Allí está ese bosque de manos ridículas
rompiendo la bruma que arde
bajo el techo sudoroso de ese horno
de lágrimas de acero.


Un minuto de extendido filo
y las luces comienzan a alejarse lentamente
dejando atrás un mar que espera.
Las tormentas de sudor
y manos se desencadenan,
las baldosas lloran en el andén marchito,
las flores de metal
los pétalos de acero
se sacuden sobre mí,
entre el humo del trabajo
y el trepidar casi silencioso de lejanas sirenas.


Y en esa despedida incontenible,
no se si volverás.


SER Y OLVIDO


Siento llegar desde lejos, desde muy lejos
el eco inflamado de la tierra cansada,
del mar ignorado.


Siento llegar desde lo alto
la lluvia de hojas de cristal y viento,
que hablan a la inmensidad escondida
tras un grano de arena.


Es la vida traicionada,
aclamada por la tristeza
amontonada, como desierto hundido
en el aire saturado.


Es la vida, mi vida
que camina, que corre
tras el espejismo desgarrador
de lo imposible.


Ríos de lágrimas sucumbidas
que caen en el barro,
al lago penitente de la humanidad dormida.


La vida es canción
de la oscuridad primitiva,
de las olas crujientes del mar electrizado
de las islas navegables
de las nubes consumidas.


El horizonte clavado y triste
que oculta la mano radiante del amor olvidado,
la noche negra,
la lluvia interminable de estrellas amanecidas,
surgidas vacilantes de tinieblas sacudidas...


Vida


Vida.


Todo me hace olvidar
el paso incontenible de mi presencia destinada,
de mi existencia rodante
en tumbas cubiertas...


Vida


Ha terminado la canción,
el tango eterno del
sendero recorrido,
la huella es el silencio,
el compás es olvido.


RECUERDO Y ESTIO


Lento camina el día
cansado y polvoriento,
llanto de calles escondidas,
como serpientes enrolladas.


Montes dormidos por la erosión,
rostro de la tierra mordida por los años.


Lento camina el día
en tus casas empapadas de sudor de primavera,
piedras tortuosas
que recogen tu paso.


Andar vacilante de tus años quietos
lento camina el día, gaviota gloriosa
de alas triunfantes.


Tu figura se repite en desfile misterioso
bajo la plata sumergida del cielo iluminado.


! Cómo quisiera tu compañía
gaviota del lento día!


MANOS FRIAS.


Tómame las manos y llora sobre ellas
llora como el cielo bondadoso
llora sobre la tierra.


Llora sobre estas manos estériles,
agrietadas, que han perdido
el calor de la vida.


Estas manos mías sedientas
de esperanza en un día lejano,
convertidas hoy en dos hermanas
aferradas, oprimidas una a otra
buscando calor.


Pobres manos crispadas que han pecado.
Que no aprendieron a sembrar el trigo
ni a oradar la roca.


Nunca se extendieron para
la ayuda, ni para la bondad,
solo se vendieron y traicionaron.


Ya no acarician la cabellera del amado,
ni siquiera el saludo cariñoso para el fiel amigo.


Manos que arañan las puertas
como dos fieras,
manos deformes
que no aprendieron el tañir de la alegría.


Estas manos mías que han sufrido tanto.
Sumergidas en las noches de insomnio,
cuántas veces las he mordido.


Ahora llevo hondas cicatrices como penitencia infinita.


Hoy estas manos severas
que tanto daño han hecho
piden perdón a tus ojos.


No. No las toques,
solo llora
llora sobre ellas,
como el cielo llora sobre la tierra.


CANCION DE PALABRAS


Sonríen las palabras dulces
es la primavera naciente,
sonríen las luces de la vida fugitiva


Esperanza del sosiego
canción maravillosa de miles de surcos estelares
y pájaros opacados
bajo la marcha pedregosa
de la luna fría.


Hoy me sonríen las palabras
y se mojan con las olas sudorosas
de su manto embravecido,
gritan al sol resplandeciente
de las rocas silenciosas
marcadas con el olvido
y el dolor de tantos besos escondidos.


Piedras azules, piedra esperanza
de tantos amores ignorados,
no derrames lágrimas de sal
ni olvido:
que se ha iluminado una sonrisa,
que ha nacido del dolor una alegría.


Canción de palabras al viento
luz de amor estremecida, canción crepuscularia
llena de blancos universos extendidos
entre la vida silenciosa producida
y la lluvia de sinuosas tempestades.


Canción de amor,
poesía concurrente
ojos que se clavan en abismos extravagantes.


Poesía de amor,
canción de palabras
sonrisas que bajaron
entre miradas y pasos de ausencia
y golondrinas transparentes...


Sonríen las palabras dulces
de la primavera
canción triunfante de la vida,
canción
amor
poesía…

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