LOS POETAS SOMOS VIENTO DEL PUEBLO

"Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplados a través de los poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas..."

Miguel Hernández


"Invitame a internarme contigo en los bosques
a navegar por los ríos caudalosos
muéstrame esas llanuras interminables
sentémonos en esa hierba verde de tu poesía..."

Walt Whitman

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
besos que suben de los ojos de los mares con lentitud, la circulación de las savias inauditas,
y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores¡

El Barco Ebrio, Arthur Rimbaud

martes, 10 de agosto de 2010

VIENTO SOLO 1

VIENTO SOLO

1963 - 1973


AMOR Y SOMBRA


Bajan las velas prendidas
desde el fondo sublime de un algo que ama
es el dolor de la pasión ardiente
es el fuego candente de la alegría
es la angustia inmensa de la melancolía
es el amor que baja y se esconde
entre ramas perdidas bajo sombras malditas.

QUIETUD

Cuanto tiempo callados estamos
sin decir palabra
dormidos pensando en el mundo que muere
mirando como pasan las cosas
delante de nuestros ojos
y no nos damos cuenta de lo que hace la gente
todo es locura, rencillas y muerte

¿Donde va el mundo,
donde vamos nosotros si somos sonámbulos?

Todo acontece y no se detiene
todo pasa hacia el fin
sin detenerse a pensar un momento
la vida ya no es vida sino una tribulación profunda
llanto y miseria nos ahondan en las penas ya quietas

PENSAMIENTOS

Día blanco que caes sobre la noche dolorida
sobre ese mundo lleno de penas y alegrías,
voy y miro, miro el día y la noche.

Camino, me deslizo sobre la playa
en la arena sucia y mojada,
solo con el mar y la sombra.

Pasan las gaviotas atolondradas
que vuelan furtivas sobre mi cabeza,
volando y posándose sobre rocas manchadas.

Pienso, cavilo y no me detengo,
en el mundo, en la playa,
en el mar, en la ciudad caída.

El día blanco sigue cayendo
aplastando jardines que cantan alegría,
la noche triste sigue subiendo
y yo sigo mi camino
estando donde sea,
descansando un momento.

MELANCOLIA

Cantar y llorar es la misma cosa,
donde se hunde muere, donde nace la alegría,
hundiéndose en el mar
junto a peces de colores,
que llaman a bailar una danza melancólica.

Oscuridad caótica de todo lo que veo,
donde sea,
en el piélago brumoso, en el cielo,
en el abismo umbroso
en las cumbres coronadas
de mantos nacarados.

Las aves emprenden fugaz vuelo
en formación perfecta, con libertad afable
los peces se sumergen en su mundo de meandros
maravillosos, en aguas como gemas.

Solo vislumbro desde mi crepúsculo
las luces de la ciudad iluminada y dormida
y los animales grises, que se arrastran por sus esquinas.

Y yo en el holocausto siniestro del mundo
viviendo, matando, fumando una pipa
durmiendo y soñando romances fugaces
en la sombra de mi bosque de pinos.

Cantar y llorar es la misma cosa
todo es nada y eso es el mundo.

SOLITARIO

Es bueno estar solo,
contemplar el mundo
la naturaleza
el mar, las flores,
sentir el rugir del viento verde.

Mirar a lo lejos la gente pasar
en su locura delirante,
en su mundo bullanguero y oscuro,
de calles angostas como pasillos de muerte,
de edificios de acero como columnas silentes,
de tormentas eléctricas,
llanto furioso de la ciudad ardiente.

Es bueno estar solo y mirar a lo lejos
para pensar y reír de las cosas que pasan
en este pequeño cosmos
es bueno estar solo...
pero solo un momento.

RONDAS PEDREGOSAS

Perdido en la inmensidad de un océano lúgubre
he llegado a la extraviada esperanza
caminando indiferente y solitario
por los senderos de arena, rondas pedregosas,
cortados por abismos transparentes
brotados de la imaginación y la locura.

Naturaleza perdida, inhóspita visión
de mis pasos cogidos por la tristeza y el mar.

Inmensos farallones tristes
manchados de sangre corroída
por los golpes de océano y espuma
que sucumben en un estrepitoso bullicio.

Peces de cristal con ojos de piedra,
no maldigan
que no puedo callar,
pájaros marinos,
gaviotas famélicas
ejército de alas frías de dorada escarcha,
no lloren
que no puedo llorar.

Allí está silente,
solitario
como tumba abierta a la vida
aquel roquerío obstinado regado con lágrimas
de los dioses escondidos.

Solo camino unos pasos por tus rocas amarillas
piedras cortadas, por tus cavernas insondables
gastadas por los gritos de angustia
del mar embravecido.

No me mires con esos ojos de agua
que hay miles de fanales escondidos
en tu manto de púrpura sangrante,
escondite sepulcral de cadáveres dormidos
geología delirante de caminos dolorosos
cuenta mis pasos cansinos que nunca llegarán.

Estoy cansado de correr mundos vacíos
y llegar a tus arrecifes desiertos
y solo encontrar mi dolor que no se aparta
no puedo escuchar el lamento que viene del mar,
es mi propia voz
es tu propia risa
que nunca volverá.

EL AMOR

Amor,
extraña palabra
de amargos recuerdos,
es como las olas del mar
que agota implacable las duras rocas
y luego se marcha.

Vuelve y se aleja
dejando huellas de gran sufrimiento
en un corazón que creía invencible
como rocas de acero.

Amor, sagrada palabra
cuando está en el corazón.

En el mundo maravilloso del alma florecida
con el ósculo fecundo del amado,
el fruto deseable de la sublime pasión.

Amor, extraña palabra
de amargos recuerdos,
te has ido de mí
como golondrina viajera,
has buscado otro nido,
has vuelto a ser libre
...yo he vuelto a estar triste.


Sagrado ya no es,
ni es sublime para mí el amor,
es solo un pasado,
y lo pasado es tan solo pasado,
y solo el dolor es presente.

Miro y nada veo
te llevaste el sol
de mi firmamento;
tú que me alumbrabas
de día y de noche
con el fuego ardiente de tu ardiente pecho,
has volado tan lejos
que ya no te veo
y mi vida queda oscura,
las tinieblas son mi mundo,
y las llamas del infierno
son el dolor de mi cuerpo.

! Amor, extraña palabra
de amargos recuerdos!

Si algún día tú volvieras,
no me llames por mi nombre
que quizás yo esté muerto.

Aunque mi cuerpo viva,
mi alma estará ya negra,
la carne será la tumba
y las flores tus recuerdos.

PAGINAS MUERTAS

Páginas muertas
donde solo brilla el dolor del alma.
nada dicen en su quietud espantosa.

Páginas blancas,
manchadas de palabras vanas
donde el dolor
y la angustia descansan.

Páginas muertas
que no hablan
que no ríen
que no lloran,
escuchad mi voz cansada
y doliente
sumergida en un mar
de rocas gastadas.

Recoged mi canto triste
y grabadlo en vuestra conciencia helada.

Páginas muertas
que no dicen nada,
solo la luz brilla
entre mis palabras vanas,
llanto de sueño,
viento amargo y esperanza.

VIENTO SOLO

Oigo tu risa cantar
palpitantes crepúsculos de blanca amistad.
Es el calor de la vida
que entre árboles azules
llega hasta mi vida
cansada.

Miro pasar mi soledad
entre piedras negras
amargadas,
aromadas con elixir de dolor.

Siento llegar hasta mí
el fuego frío
de las nubes muertas
el canto seco de máquinas ruidosas
el llanto transparente
de cristales cortados,
la angustia jubilosa del humo sumergido,
bosques inertes salidos
de la natura prístina.

Desde allí,
siento el llamado sordo
de las rocas amigas.

¡Silencio!
solo el silencio es mi arma
suicida,
quiero llegar a ellas
pero algo me lo impide.

Esa lluvia de palabras que no poseo,
ese abismo eterno de alegrías que yo no tengo.

Oigo tu risa cantar
crepúsculos
de blanca amistad
yo no tengo nada más
que un otoño triste
de hojas heladas,
lágrimas de sangre
desamor y soledad.

EL RESTO DE LA RAZON

Muevo las lámparas
que cuelgan tristes de un infinito muerto,
apunto sus rayos pálidos
con colores de sangre.

Quisiera entrar en ellos
pero se escapan entre mis dedos,
son como las ondas sonoras
del canto de un cisne enfermo.

Lámparas caídas
radios que suenan y gritan
como perros moribundos.

Piedras de agua
alambres candentes.

Miro fuera de la ventana:
vidrios retorcidos,
cadáveres vivos
pájaros volando.

Murallas sucias, chorreadas,
macabras multitudes llenas de espanto.

Camina y avanza,
bajo la luz misteriosa del alba sumergida,
entre un océano inmenso
de árboles caídos y arrastrados,
automóviles chocados,
micros repletas,
humo negro, rancio, maloliente.

Todo está afuera, bajo la vista tenebrosa
de la lluvia fría.

Adentro sigue lo mismo,
la lámpara colgando,
alumbrando con rayos marchitos,
la radio aún sigue sonando.

Yo estoy solo,
sentado
mirando...

DELIRIO

Despliego mágicos pensamientos
y descubro la razón de la crueldad.

Maravilla del alma,
espejo atormentado
de la existencia fugitiva.

Soy yo y no me conozco
soy aquel que nada dice
y que nada ve,
que solo sufre con sus lágrimas amargas
como cascadas de hiel.

Camino largo trecho vagabundo,
entre sombras delincuentes, entre tumbas gigantes
que forman la ciudad.

¿Dónde está la vida?
¿donde está?

¿Donde está la muerte?
¿donde está?
¿estará en mí?

La vida que no es vida
sino un mundo cruel
de frágil delirio.

La muerte que no es muerte,
solo ausencia fantasmal
de crepúsculos lejanos.

Cruel pensamiento
de la vida
cuando no se tiene a quien amar.

Es mi camino vagabundo
entre sombras de cristal,
espejo que atormenta
mi triste soledad.

1 comentario:

ViSItaS dijo...
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